Paralelamente a The Anthologist me puse a leer El tesoro de la lengua, y la verdad, qué pena, porque alguien como Ariel Schettini podría haberse evadido de la "crítica", ojo que el libro de Ariel está bueno, y haber escrito sobre poesía como lo hizo Baker, pero con los tesoros de otra lengua que no fuera el de la academia.
Mientras tanto, y no precisamente en Ciudad Gótica, un pibe de barrio que trata de llegar a las luces del centro y no quedar encandilado por la fantasmal setentista Calle Corrientes ni por la grasa de la fragmentación de Palermo USA, agradece el préstamo de una de las novelas más tiernas y divertidas sobre la poesía. Santi, tal vez tengas razón y el Finnegans...en fin...no puedo decirlo.
Mientras tanto, y no precisamente en Ciudad Gótica, un pibe de barrio que trata de llegar a las luces del centro y no quedar encandilado por la fantasmal setentista Calle Corrientes ni por la grasa de la fragmentación de Palermo USA, agradece el préstamo de una de las novelas más tiernas y divertidas sobre la poesía. Santi, tal vez tengas razón y el Finnegans...en fin...no puedo decirlo.