miércoles, 19 de mayo de 2010

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Hace meses ya que
El ladrón ha abandonado
La guarida que tiene y
Se ha cruzado hacia otra objetividad:
La de espía.
Es regla general entre los espías,
Ha descubierto rápidamente,
El confiar sólo en su espejo.
Se trata de una larga tradición
Comenzada con la madrastra de Blancanieves
Cuyo temperamento supo mezclar
Paranoia y belleza.
Una adicta a los cosméticos que nunca pudo
Llegar a confiar totalmente
Ni en sus estilistas ni
En sus agentes exterminadores.
Ansiedad.
¿El hambre de qué clase
De animal alimenta?
¿Qué? ¿Impostar
Hasta el extremo
La primera persona?
Sangre mezclándose
Bajo la axila con el sudor.
Se dice: suicidas.
Desearían no haber nacido
Sino escorpios
Y llevar el veneno en alto, como
una corona que los persigue.
Están los que se entregan
Porque no pueden más con el mundo
Donde cada párpado se abre y se cierra
Como una cárcel
de máxima seguridad.
Y por otra parte
Están los que se entregan
A esa confianza
En una lujuria solitaria
Que pregunta una y otra vez
Si no se desea más
De cierta privacidad.
Es la mejor calidad
De amor que han podido encontrar.
Todos bautizados
Por la compulsión a la tragedia.
¿Pero qué hay de aquellos
Que gimen
Sofocándose bajo las sábanas
Ya que no soportan más el dolor
Pero saben que deberán
Soportar aún más
Porque serán capaces
De soportar más el próximo día?
El espejo de la muerte sigue vacío.
Aún no es la hora
De vestirse con la exitación
De un último momento
En la tierra.
Sueña que mira
El cadáver de un suicida.
Su cara se parece a la de Peter Pan.
Algo está mal en la representación
Y en especial en los detalles.
¿Cuál será la joya adecuada
Para que un suicida luzca
El día de su funeral:
Gemelos de platino
En sus puños almidonados
O una esposas
Uniendo con una cadenita
Sus muñecas y sus venas
Que ya no cicatrizan?

1 comentario:

  1. "Desearían no haber nacido
    Sino escorpios
    Y llevar el veneno en alto, como
    una corona que los persigue."

    beautiful

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