sábado, 12 de septiembre de 2009

Death, Translation & Co.

Anne Carson sufre por la pérdida de su madre. Desconsolada, en su habitación pasa las hojas del diarios de Virginia Woolf, a la que tanto le sirvió escribirlo para olvidar el dolor que le produjo la muerte de su padre, incluso hasta el punto de ver como esas olas de dolor se iban transformando en el proceso de escritura en placer.
De pronto una línea tachada. Es muy raro ver publicaciones con oraciones, o palabras tachadas. Son como la muerte, dice Anne Carson. Con un simple trazo todo desaparece, a la vez que todo sigue ahí. Porque si bien la muerte se diferencia de la vida, dice Anne Carson, comparte con esta una fina piel.

Pienso en las cantidades de versiones que tachamos de las cosas que escribimos, que condenamos a muerte y que sin embargo siguen ahí latentes. Las sacrificamos porque pensamos que era mejor, que nos expresaba de manera más completa. ¿Pero no dejábamos de lado la verdadera completitud que es el proceso? Quién quiere estar frente a un texto inacabado, quién quiere estar todo el tiempo frente a la muerte, quién no se reconforta en la forma.
Traduzco poemas. Hago muchas versiones. Por qué siempre mostramos solo una, se publica una, cuando se podrían publicar más de una, dos, tres. ¿No es demasiado conservador eso de publicar solo una versión del poema traducido? Porque el poema no es algo dado, es su lectura, es una proceso. Por qué no publicar varias versiones de un mismo poema una tras otra tras otra. Como dando gracias al tiempo.

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