lunes, 14 de septiembre de 2009

A los amigos y a los enemigos (1)

Inflexible es el destino. Y hasta el último de los días
Maestro y aprendiz, amigo, amante, padre, hijo,
Cada uno caminará, cercanos aunque separados; cada uno contemplará
El brillo de sus seres queridos tan lejanos como las estrellas.
También esa es nuestra suerte, amor mío: vivir separados. A través
Del llanto acercarnos, y a través del llanto contemplar el paisaje,
Lo Abierto, como dos majestuosas águilas que giran en el aire
Sobre el pico de una montaña, y gritando se consultan,
Escuchándose en la distancia que cruza los cedros.
Y sin embargo los años
Nos irán acercando, día a día
Nuestro amor se irá colmando, semana a semana, hasta que la muerte finalmente
Disuelva tan prolongado divorcio. En la fe amamos,
No en el conocimiento; y en la fe, aunque separados,
Convivimos en perfecta armonía, corazón con corazón.
Apenas si toleramos
Lo que apenas somos; nuestras almas
Un valiente desengaño atesoran.
Así desde una funesta guerra un hombre regresa,
Sin temor, o el marino de alta mar.
Así desde la noche helada y los bosques a una fiesta
Alguien puede entrar, exhalando aún su aroma y rocío,
Y la mirada de esa muchacha la noche que recién llega trasparentar.

R. L. Stevenson

Trad. Dasbald

No hay comentarios:

Publicar un comentario